LAS COSAS DEL CORRER – Capítulo 4
No recuerdo exactamente en qué fecha empezó todo. Pero sí que recuerdo el momento. Y la temporada: 2001-2002. Fue un momento difícil para mí, en el que me vi obligado a renunciar a mi prueba fetiche, el 3000mo, porque el dolor en mis tendones de Aquiles se hacía insoportable. Pese al apoyo de mis seres queridos, no entendía mi vida sin seguir corriendo. Afortunadamente, luego vinieron épocas mejores y actualmente vuelvo a disfrutar corriendo como un enano.
Pero volvamos a ese momento duro. Difícil. Donde también había algo de luz para matar el gusanillo por mi pasión: el atletismo. Ese momento coincidía con el final de mi primera carrera universitaria (licenciatura en Ciencias de la Act. Física y el Deporte). Y el gusanillo, de empezar a dirigir entrenamientos crecía por momentos.
Y entonces, empujados por mi entrenador de aquella época -Fernando Díaz-, al que cada día que pasa le estoy más agradecido por todas sus enseñanzas y experiencias compartidas, llegaron ellos. Eran dos atletas en periodo de formación, que con el paso del tiempo se convertirían en ATLETAS con mayúsculas, pese a que nunca terminaron de hacer las cosas como a ellos mismos actualmente dicen que les hubiera gustado.
Estoy hablando de los hermanos Alejandro y Aníbal Llamazares. Los dos depositaban en mi la confianza para que fuese su entrenador, si bien el segundo, como lo es en muchas facetas de la vida, casi arrastrado por el primero. Probablemente por estas fechas se cumplan 15 años de aquel momento.
Durante estos 3 lustros hemos vivido experiencias, buenas y malas, que ya no nos las quita nadie. No han sido 15 de plena confianza en nuestro rol. Ni yo en ellos como atletas (recuerdo perfectamente el día en que les invité a salir del grupo por diferencias, llamémosle de hábitos diarios. Y no quisieron salir.), ni ellos en mi como entrenador (probablemente también por cuestiones ajenas al entrenamiento). Por ello, también hubo periodos en los que estuvieron a las órdenes de otros técnicos (Christian Tamayo y Ángel Hidalgo) los cuales también contribuyeron en su proceso y consolidación como deportistas. Pero bueno, de todo se aprende y actualmente no nos queda otra cosa que soportarnos. Digamos que es un soporte placentero. Necesario.
Y estoy tirando la vista atrás durante todo este tiempo, porque con motivo del Maratón de Castellón, puedo decir que cerré un primer ciclo como entrenador. Un ciclo que curiosamente también empecé con ellos. Como bien sabéis, la mayoría de los que estáis leyendo esto, los Llama este verano me plantearon (para bien o para mal) su última locura: correr un maratón. Y también sabéis que son gente que no se conforma con poco. Ambos querían bajar de 2h40min. Pese a que uno de ellos había abandonado la práctica atlética continua durante los últimos 2-3 años. Finalmente lo consiguieron. En escenarios distintos (Valencia y Castellón), como ha pasado casi siempre. Difícilmente rinden los dos bien el mismo día y en el mismo lugar.
Digo que cierro un primer ciclo porque con ellos he avanzado en todas las modalidades del medio fondo y fondo. Desde el 800ml hasta los 42195m. Y creo sinceramente que me merezco pasar a un siguiente ciclo donde espero ser mejor entrenador de lo que lo he sido hasta la fecha. Aquí os dejo una tabla resumen de las marcas cosechadas bajo mis órdenes que no tengo ninguna duda (en distancias de más de 10000) que vamos a seguir mejorando.
PRUEBA | ALEJANDRO | ANIBAL |
800 | 1:57:9 (2002) | 1:52:05 (2004) |
1500 | 3:50:13 (2004) | 3:46:40 (2004) |
3000 | 8:20:28 (2005) | 8:22:43 (2006) |
5000 | 14:30:7 (2004) | 14:40:2 (2003) |
10000 | 33:00 (2015) | 34:46 (2014) |
21097,5 | 1:14:50 (2015) | 1:13:27 (2015) |
Maratón | 2:37:33 (2015) | 2:39:46 (2015) |
Gracias a todos los que confiáis y habéis confiado en mí.
Felices fiestas!